Tras dos años marcados, diría que casi exclusivamente, por el estallido y evolución de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, el ejercicio de 2022 nos ha situado en un escenario cercano a la prepandemia, en cuanto a niveles de actividad. Un año en el que la invasión de Ucrania sigue sembrando tragedia, en términos de vidas humanas y personas desplazadas, y todavía sin esperanzas de resolución. Este conflicto bélico dibujó un nuevo escenario, con impactos que perviven actualmente, que afecta a variables de nuestro entorno, especialmente las relacionadas con el consumo, volatilidad de los mercados financieros y de materias primas, y un incremento de la inflación, del precio de la energía y de los tipos de interés.
En este sentido, el Grupo trabaja en salvaguardar su estructura frente a los elevados precios energéticos, conteniendo dichos incrementos gracias a la política de realizar compras eléctricas en los mercados de futuro, ganando por tanto estabilidad y minimizando así el impacto sobre nuestra cuenta eléctrica. Si bien es cierto que tanto los precios de los futuros como las previsiones de la mayoría de los analistas del sector coinciden en reflejar unos precios energéticos, para los próximos 12 meses, más favorables para el crecimiento económico, seguiremos en esta misma senda de revisión y estabilización.
De la misma manera, y en unos momentos complicados como los actuales, con alzas generalizadas de los precios y de los tipos de interés, que incrementan las vulnerabilidades financieras, examinaremos las decisiones de bancos centrales, entre otras instituciones, para monitorizar los efectos de sus medidas.