La política del Grupo es cubrir aquellas exposiciones significativas siempre que existan instrumentos adecuados y el coste de cobertura sea razonable para los riesgos cubiertos. La gestión del riesgo financiero está controlada por la Dirección Económico Financiera del Grupo, tomando las decisiones oportunas previa autorización del Consejero Delegado y del Consejo de Administración de Saba.
Los principales riesgos financieros identificados son los siguientes:
Riesgo de tipo de cambio. El Grupo opera en el ámbito internacional y posee activos en Reino Unido y Chile, por lo que está expuesto a riesgo de tipo de cambio por operaciones con la libra esterlina y el peso chileno. El riesgo de tipo de cambio surge de transacciones comerciales futuras, activos y pasivos reconocidos e inversiones netas en operaciones en el extranjero.
En este sentido, una variación de un 10% en el tipo de cambio €/peso chileno y/o €/libra esterlina respecto el considerado al cierre de 31 de diciembre de 2018, supondría un impacto en resultados y activos poco significativo para el Grupo. Saba utiliza instrumentos financieros derivados para gestionar fluctuaciones en los tipos cambio.
Riesgo de tipo de interés. El riesgo de tipo de interés de la Sociedad surge de los recursos ajenos utilizados. Los recursos ajenos emitidos a tipos variables exponen al Grupo a riesgo de tipo de interés de los flujos de efectivo, mientras que los recursos ajenos a tipo de interés fijo exponen a la compañía a riesgos de tipo de interés sobre el valor razonable. Saba utiliza instrumentos financieros derivados para gestionar fluctuaciones en los tipos de interés, cambiando deuda a interés variable por deuda a tipo fijo, manteniendo así un equilibrio entre deuda a tipos variable y fijo.
Riesgo de crédito. En relación con los bancos e instituciones financieras, solamente se trabaja con instituciones financieras de solvencia crediticia contrastada. Esta solvencia crediticia se revisa periódicamente.
En relación a los deudores comerciales, el Grupo evalúa la calidad crediticia del cliente, teniendo en cuenta su posición financiera, la experiencia pasada y otros factores. Los límites individuales de crédito se establecen en función de las calificaciones internas.
Los principales riesgos de negocio identificados son los siguientes:
Riesgo de liquidez. Saba realiza una gestión prudente del riesgo de liquidez que implica la disponibilidad de suficiente efectivo y activos realizables, así como disponibilidad de fondos por un importe suficiente, para asegurar el cumplimiento de los compromisos de pago adquiridos.
Riesgo de inflación. La mayor parte de las concesiones de aparcamientos generan ingresos cuyas tarifas varían directamente en función de la inflación en consecuencia, un escenario de aumento de la inflación conllevaría en un aumento de la valoración de estos proyectos. A este respecto, en relación con el Real Decreto 55/2017, de 3 de febrero, por el que se desarrolla la Ley 2/2015, de 30 de marzo, de desindexación de la economía española, se estima que el citado Real Decreto no ha de tener impacto significativo en las tarifas aplicables a las concesiones españolas operadas por el Grupo dado que, con carácter general, el citado Real Decreto no aplica para contratos concesionales en vigor.
El pasado 31 de julio de 2018, CriteriaCaixa adquirió a Torreal, KKR y Proa el 49% de Saba Infraestructuras, pasando a controlar el 99% del capital social. CriteriaCaixa es accionista de Saba desde 2011, cuando Abertis Infraestructuras escindió sus negocios de aparcamientos y parques logísticos, y desde entonces sigue apoyando a la compañía en su trayectoria de crecimiento.
Una vez materializadas durante el mes de diciembre de 2018 algunas compras adicionales de acciones, CriteriaCaixa (a través de CriteriaMovilidad) ostenta a 31 de diciembre de 2018 una participación del 99,5% de Saba Infraestructuras, quedando accionistas minoritarios con un 0,5% de participación. El número de accionistas minoritarios, entre titulares y cotitulares, se situaría en un entorno cercano a los 1.800.
La compañía cuenta con una Oficina del Accionista que dispone de una serie de herramientas que permiten, además de mantener el contacto regular, dotar de información relevante de Saba, especialmente en aquellos aspectos sobre actividades, resultados o novedades que puedan ser de su interés. Con una gestión claramente orientada a la calidad de servicio, la Oficina del Accionista dio respuesta en 2018 a 610 consultas, la mitad de las cuales han estado relacionadas con el proceso de compraventa de acciones y un 43%, vinculadas a solicitudes de información en relación a las Juntas Generales celebradas.