Cada habitante de Barcelona y Madrid recibe, de media, cerca de 13 paquetes al año fruto de sus compras de e-commerce, según los estudios más recientes. En números absolutos, esto significa 22,6 millones de paquetes al año en la Ciudad Condal y casi 40 millones en la capital de España. Estos paquetes se entregan mayoritariamente utilizando furgonetas o camiones contaminantes. De hecho, tan solo un 1% de estos paquetes se distribuyen mediante vehículos no contaminantes y apenas un 10% son recogidos por el cliente en redes de puntos de entrega o en los llamados “lockers” (taquillas de comercio electrónico).
Y el problema aún se hace más evidente si tenemos en cuenta las entregas fallidas, generadoras de la denominada “logística absurda” (el desplazamiento de un vehículo hasta un punto de entrega sin poder completarse la misma o el desplazamiento derivado de una devolución de un artículo entregado anteriormente). En Barcelona y Madrid, estos desplazamientos supusieron aproximadamente un 15% del total de entregas, o lo que es lo mismo, más de 9 millones de recorridos infructuosos adicionales.
Esta dinámica, absolutamente insostenible, genera entre un 20 y un 30% de las emisiones de dióxido de carbono y el 40% de la congestión de la ciudad. Y no hay visos de que esta tendencia cambie, sino más bien lo contrario, ya que la compra online registra crecimientos sostenidos de un 25% anual.
Saba está convencida de poder ayudar en la gestión de una Distribución de Última Milla (DUM) más sostenible. Para conseguirlo, plantea dos líneas de actuación: la creación de microhubs de distribución de mercancías de proximidad y el despliegue masivo de lockers de recogida y entrega de productos e-commerce. ¿Cómo? Aprovechando las inmejorables localizaciones de los aparcamientos de Saba en el centro de las ciudades. Una solución que no debe plantearse como una prueba piloto ya que la compañía lleva años colaborando con partners en ambas líneas de actuación. Es una propuesta en firme que requiere el compromiso de Instituciones municipales y supramunicipales para que junto a operadores privados como Saba, pero también muchos otros, se pueda revertir lo que se ha convertido en el primer problema de movilidad en las ciudades modernas.
La “logística absurda” supone un 15% del total de entregas en Barcelona y Madrid, más de 9 millones de recorridos
Distribución de última milla inteligente
- Microalmacenes donde se descargan los paquetes en horas valle
- Furgonetas eléctricas transportan los paquetes hasta el aparcamiento
- Entrega a domicilio mediante medios sostenibles en áreas próximas y franjas horarias adaptadas al cliente
- Lockers integrados para recogida y entrega de paquetería
Saba apuesta porque sus aparcamientos sirvan de pequeños nodos de microdistribución (micro-hubs) desde los cuales se lleve a cabo el reparto de los paquetes de e-commerce a pie o con vehículos eléctricos de movilidad personal adaptados. Los paquetes llegan a los micro-hub preferentemente en horarios nocturnos para reducir la congestión viaria. La compañía acoge distintas experiencias en este sentido en España (Barcelona) e Italia (Roma) que han demostrado una alta eficiencia. Hay que tener en cuenta que una ciudad como Barcelona recibe a diario más de 135.000 vehículos (procedentes de su región metropolitana) para transportar mercancías en horas punta, siendo responsables no solo de muchos atascos sino también de una buena parte de las emisiones de dióxido de carbono.
Las administraciones deben hacer frente a una situación que empeora a diario con el auge del comercio electrónico aprovechando las infraestructuras de ciudad ya existentes, como los aparcamientos. Su ubicación en zonas densificadas junto con la apertura 24h/365 días les otorga un rol relevante para atajar la contaminación y la congestión que provocan.
Microdistribución en Saba
6 localizaciones operativas en España e Italia
La experiencia Geever
En Barcelona, Saba acoge desde 2018 en 5 de sus aparcamientos a Geever, un operador logístico especializado en la distribución de última milla. Con sus innovadores métodos de reparto, básados en micro-hubs, que se amplían ahora con cuatro localizaciones adicionales, han conseguido reducir las entregas fallidas a la mitad. Menos entregas fallidas significa menor contaminación y por lo tanto reducir el impacto de la logística absurda.
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Prueba piloto (inicio 2018)
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5 microalmacenes en aparcamientos de Barcelona *
* Previstos 9 en 2021 -
Reducción de entregas fallidas a la mitad (entrega tradicional Vs Geever)
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Futura expansión aprovechando la capilaridad de Saba
Con estas cifras, las administraciones deberían plantearse una regulación de la distribución de última milla que no sea lesiva para el ciudadano e incluso aplicar una tasa que beneficie la logística inteligente —con medios sostenibles y en horas valle— y que penalice los modelos que generan congestión y contaminación.
Un planteamiento todavía más ambicioso podría convertir los hubs, ahora para personas y mercancías, en almacenes para el pequeño comercio de proximidad y convertirlos en una vía para que estos puedan entrar también en el propio sector e-commerce.