VISIÓN SABA: EL DEBATE EN TORNO A LA MOVILIDAD URBANA
Asistimos a un intenso debate en torno a un modelo urbano que apuesta por la reducción de la circulación del vehículo privado, especialmente en el centro de la ciudad, con la contaminación como uno de los motivos impulsores.
Es necesario no simplificar el debate a la dicotomía transporte público frente al privado y tampoco limitar al máximo la utilización del vehículo privado. Otro factor muy diferente es que una gestión moderna y eficiente de la movilidad de la ciudad pueda permitir una reducción del espacio motorizado.
En este debate, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:
1. Oferta de movilidad urbana en red
Las ciudades deben ofrecer una red de movilidad con un sistema global y que incluya todos los medios de transporte, en un sistema intermodal y en coordinación, con la mejor oferta posible, siendo los aparcamientos uno de ellos.
- Las ciudades son para vivir, pero también para trabajar: necesitamos combinar la mejora de la calidad de vida para todas las personas con una necesidad de productividad y eficiencia en el caso de las que trabajan.
- Las grandes ciudades deben ofrecer una oferta global, eficiente y competitiva en los diferentes medios de transporte a sus ciudadanos, que pueden ser indistintamente usuarios de transporte público y privado, en función del tramo horario y/o del día de la semana.
- Complementariedad y coordinación de los modos: intermodalidad. El nuevo reto de estos próximos años se centra en la creación de una política integral de movilidad a la ciudad, que incluirá la gestión en red de los aparcamientos, que deben colaborar en la eficiencia de la movilidad de la ciudad. El aparcamiento debe ser contemplado como una parte de la cadena de movilidad y como un servicio puerta a puerta de calidad.
Es necesaria una red de movilidad urbana con un sistema global y que incluya todos los medios de transporte, siendo los aparcamientos uno de ellos
2. Mejora de la eficiencia y de la sostenibilidad de la movilidad
A partir de la necesidad de la reducción del tráfico de agitación y rebajar, por tanto, la congestión y el consumo de carburantes, introduciendo además las nuevas tecnologías como ejes conductores e impulsores. Las ciudades no pueden permitirse la circulación de vehículos que no vayan a optimizar su trayecto: “No sé dónde voy exactamente y doy vueltas para aparcar el coche”.
- Información previa y online del estado del tráfico y de los servicios de los aparcamientos, así como promover la cultura de la planificación del desplazamiento antes de empezar el viaje.
- Disciplina viaria. Es fundamental ya que cualquier pequeña incidencia en los flujos circulatorios provoca grandes retenciones. La situación ideal implica que la vía pública sea sólo para circular pero no para estacionar, eliminando la circulación ineficiente de vehículos.
- Mejorar la distribución del e-commerce buscando nuevas vías más óptimas y menos concentradas en el tiempo (instalando taquillas para recogida de compras por Internet y microdistribución urbana).
Las ciudades no pueden permitirse la circulación de vehículos que no optimicen su trayecto
3. Reducción de la contaminación
Mediante la mejora de la movilidad y la rebaja de emisiones.
- Renovación sistemática y progresiva del parque móvil, con la prohibición de circular para los coches más antiguos y mejoras de transporte público, a modo de ejemplo, la red de cercanías, facilitando ayudas públicas justificadas.
- Promoción del vehículo eléctrico, con una simplificación y mejora de la normativa que facilite, por ejemplo, la instalación de puntos de carga en los aparcamientos privados y la eliminación rápida de la doble acometida, además de facilitar ayudas públicas pertinentes a nivel de todas las administraciones. El coche eléctrico es el futuro tecnológico y sostenible de la movilidad. Aunque estamos en una fase inicial, su extensión será definitiva a medio plazo.